Ella se llamaba Muzammil Bibi y tenía 20 años. Esta foto ha dado la vuelta al mundo. Violada por tres hombres y ahorcada después. Su delito fue resistirse a tener relaciones sexuales con los amigos de su novio.
Que esto ocurra en Pakistán (que es donde ha pasado), en la India, en algunos países del mundo musulmán o en cualquier país subsahariano, no nos extraña demasiado. Al fin y al cabo, en muchos países de estos, no hacen más que cometerse atrocidades contra las mujeres.
Pero cuidado amigos, nosotros los países del norte, los presuntamente desarrollados, también tenemos muchas razones para avergonzarnos. Ahí van unos datos:
En España, el número de mujeres muertas como consecuencia de la violencia
de género a manos de su compañero o excompañero desde la entrada en vigor de la Ley de Medidas de
Protección Integral contra la
Violencia de Género (año 2007), son más de 600. A esta cifra hay que añadir otras muertes de mujeres
provocadas por actos criminales cometidos por hombres distintos al compañero o
marido, no contabilizadas por las estadísticas oficiales (Fuente: Amnistía Internacional).
En la Unión Europea, según los datos de la encuesta realizada por la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales (FRA), estamos hablando de que el 33 % de las mujeres reconoce haber padecido violencia física y/o sexual, por parte de su pareja masculina.
Se calcula que 13 millones de mujeres, experimentaron violencia física durante los 12 meses previos a la encuesta.
Una de cada 20 mujeres, reconoce haber sido violada en alguna ocasión desde los 15 años de edad.
El 18 % de las mujeres dice haber sido objeto de acoso en alguna ocasión, a partir de los 15 años.
En torno al 12 % de las encuestadas, manifestaron que habían sufrido alguna agresión sexual por parte de un adulto, antes de los 15 años.Este porcentaje, equivale a decir que 21 millones de mujeres de la UE han padecido esta situación.
Es evidente que con todos estos datos, no tenemos ningún motivo para estar satisfechos y nos queda un largo, muy largo camino por recorrer.
No se cual es la solución. No se si hay que ejemplarizar con los acosadores y maltratadores, endurecer las penas judiciales, poner más medios de vigilancia y control, etc. Pero si hay algo que podría acabar con esta lacra, es la educación. La educación y la formación de los niños y niñas desde pequeños en los valores de la igualdad, ese puede ser el camino para resolver todo esto.
Es evidente que con todos estos datos, no tenemos ningún motivo para estar satisfechos y nos queda un largo, muy largo camino por recorrer.
No se cual es la solución. No se si hay que ejemplarizar con los acosadores y maltratadores, endurecer las penas judiciales, poner más medios de vigilancia y control, etc. Pero si hay algo que podría acabar con esta lacra, es la educación. La educación y la formación de los niños y niñas desde pequeños en los valores de la igualdad, ese puede ser el camino para resolver todo esto.