jueves, 21 de agosto de 2014

Fátima, la Princesa.







Ella es Fátima y representa el drama de la inmigración. Ha llegado sola a Tarifa  y tiene 11 meses. 
Sus padres en un acto de desesperación, la entregaron a otros inmigrantes. Otros inmigrantes, que también desesperados, se lanzaron un día de buena mar a cruzar el estrecho.
Fátima ha llegado a nosotros, con hipotermia, con fiebre y casi sin lágrimas. Se ha convertido en todo un símbolo.

Fátima no entiende de leyes ni de normas, no sabe lo que es Europa, no sabe el significado de la palabra libertad, tampoco sabe lo que es ser subsahariano, nunca ha oído hablar de inmigración, ni entiende los motivos del abandono de sus padres. No sabe que han muerto miles de personas y también muchísimos niños como ella, cruzando el mar hacia Europa. No sabe por ejemplo que en Ceuta y Melilla,  hay unas vallas muy, muy altas, para impedir el paso a los inmigrantes y unas terribles alambradas disuasorias  que les llaman concertinas. Tampoco sabe que las policías española y marroquí, golpean y disparan material antidisturbios contra sus compañeros inmigrantes.
Fátima no sabe que su esperanza de vida en su país de origen, seguramente la condenaba a no llegar a la pubertad. Fátima tampoco sabe que aquí entre nosotros, hay gente que no le quiere, porque le considera una amenaza.

Algunos imbéciles en este país, a los que no les gusta la inmigración, consideran que la mayoría de los que vienen, son un cuerpo extraño. Provenientes de países donde no existe el estado de derecho, lo que tienen que hacer aquí es defender las leyes del estado que les acoge. Dicen que la mayoría de ellos, tienen una actitud rencorosa y victimista con el país de acogida.

Fátima no entiende de todo esto. Ella tampoco sabe lo que es el rencor, ni los cuerpos extraños, ni el estado de derecho.Fatima es una  superviviente y cuando sea mayor, seguro que será una gran mujer.