sábado, 22 de agosto de 2015

Porque no es una razón de Estado…





Estaba pensando cómo empezar a escribir y que decir sobre la violencia de género a raíz de todos los acontecimientos que se están produciendo este verano, cuando la radio ha anunciado que han detenido en Rumania  al presunto asesino de de Laura del Hoyo y Marina Okarynska, las dos jóvenes de Cuenca. Estábamos ante la crónica de una muerte anunciada. Los peores presagios, se han cumplido, al descubrirse sus cuerpos quemados  y enterrados en cal viva. ¿Qué terrible!
Es evidente, que la violencia de género en este país, campa a sus anchas. Lo cierto, es que llevamos unos meses para olvidar. Mujeres degolladas, quemadas vivas, muertas a golpes, niños que mueren junto a su madre, o niñas que son asesinadas por despecho mientras pasan el fin de semana con su padre, son el reflejo de una sociedad muy enferma.
Todos estos  asesinatos, sólo son la punta del iceberg de la violencia de género y da miedo pensar en todo lo que habrá por debajo. No se cual es la solución, pero si tengo claro que lo que hay que hacer de momento es ejemplarizar con los asesinos, acosadores y maltratadores, endurecer las penas judiciales, poner más medios de vigilancia y control, ayudar más a las victimas, atención cada vez más especializada, más colaboración ciudadana, etc.
Pero si hay algo que podría acabar con esta lacra, es la educación, pero claro, esto es a largo plazo. La educación y la formación de las niñas y los niños desde pequeños en los valores de la igualdad, debe de ser el camino para resolver todo esto. Desde pequeños deben de saber, que se sea niña o niño, sus derechos y obligaciones son siempre iguales.
Ellos serán distintos, pero sus valores no. Pero mientras tanto, ¿Qué podemos hacer?
Pues mientras todo eso llega, la sociedad tiene  que exigir a la política que esta lacra sea tratada como una razón de Estado. Hay que darle tanta relevancia cómo se le da al terrorismo, al paro, o a la corrupción, que son temas que dan y han dado muchos votos a los partidos políticos. Estamos en temporada electoral y ya quiero ver que es lo que dicen  los partidos políticos al respecto. Me temo, que no demasiado.

martes, 11 de agosto de 2015

Alzheimer, infinita tristeza




En realidad, hacía  tiempo que ya te habías ido, aunque nos costó mucho hacernos a la idea de que era para siempre. Estos últimos años han sido un poco dificiles, parecía que a pesar de todo, querías estar con nosotros, pero apenas nos has dedicado ni siquiera una pequeña sonrisa.
Esta mañana, sin darnos la ocasión de despedirnos, sin hacer ruido, como quien no quiere la cosa, con lo puesto, has decidido descansar y marcharte definitivamente.
Vamos a ver que le digo ahora al abuelo, cómo se lo explico. Él que ha sido tu cuidador más fiel, te va a echar mucho de menos.