lunes, 25 de enero de 2016

Saltaparapetos




Hace muchos años, poco después de finalizada la guerra civil española, en un pueblo pesquero de la zona vizcaína y durante una mañana de mareas vivas, el mar devolvió a una de las playas del pueblo, una enorme barrica, de esas que tienen una capacidad de miles de litros. La encontró un pescador que vivía en un caserío próximo. Tuvo que pedir ayuda a sus vecinos, bajar con los bueyes a la playa y hacer mil diabluras para llevarla hasta  la puerta de casa. En la barrica había algo escrito, pero era imposible de leer lo que ponía. El mar y seguramente el tiempo, se habían encargado de borrar cualquier pista.

Pusieron de pie la barrica y abrieron la tapa, En ese momento, se despertaron los recuerdos del patriarca. El olor que salía de dentro, le trajo a su memoria  algo que para él era de muy mal recuerdo. Cuando él luchaba contra las tropas de Franco en los montes de Euskadi, en las trincheras les daban para combatir el frío y subir el ánimo, un brebaje, que olía prácticamente igual. A este brebaje, ellos le llamaban “SALTAPARAPETOS”.

Durante muchos años, esta barrica misteriosa curo los catarros de los niños del pueblo a base de friegas en el pecho. Sirvió de jarabe para los adultos, era capaz de curar las diarreas, los dolores de cabeza, los vértigos, el empacho, aliviaba los dolores de la regla, el lumbago, los ataques de ansiedad, mejoraba el insomnio, la sinusitis, y el dolor de oídos. Vamos, que servía para todos los males.

Muchos años después ya en tiempos de democracia y cuando la barrica del saltaparapetos era historia, nuestro hombre tuvo que acudir a Madrid a hacer algunas gestiones relacionadas con las cofradías de pescadores del cantábrico. Tenían alguna entrevista con el ministro de turno y no demasiadas esperanzas de conseguir nada. La noche anterior a la entrevista ministerial, después de cenar decidieron tomarse con los cafés, una copa de whisky. Al fin y al cabo, uno no va a Madrid todos los días.
Al acercar la copa a su boca, para dar el primer trago, no pudo nada más que gritar:
¡¡OSTIA, SALTAPARAPETOS!!

miércoles, 20 de enero de 2016

Reparar las heridas, cicatrizar el alma






#camposnazis. Nos cuentan que el Servicio Internacional de Búsquedas de la Cruz Roja en Bad Arolsen, creado en 1977, ha publicado los primeros 50.000 documentos  de los campos de concentración nazis con la esperanza de que sean reclamados por los familiares de las víctimas. Seguramente en multitud de estos documentos se podrán encontrar, aparte de lo que ya conocemos por documentos gráficos, muchas más pruebas de lo que ha sido la sinrazón del nazismo.
Se abre la posibilidad de que miles y miles de familiares, puedan encontrar algo de sus seres queridos y cerrar así unas heridas abiertas durante demasiado tiempo. Lamentablemente para muchísima gente, todo esto llega tarde, muy tarde.

El día de que aquí en España, se desclasifiquen los archivos de la guerra civil española y podamos conocer todos los excesos de la dictadura, habrá también miles y miles de compatriotas, que podrán cerrar una página muy triste de sus vidas. Renacerá la vida en las cunetas y encima de los cientos de fosas comunes que hay desparramadas por toda la geografía española,  las flores brotaran de nuevo.

Para todos aquellos exterminados en los campos de concentración nazis y los que murieron en los campos, en las cunetas y en las cárceles españolas, la justicia llega demasiado tarde. Cuando se trata de buscar la verdad, hay que ser objetivo e imparcial y eso es lo que falla en este país, sobre todo por parte de aquellos que no quieren saber nada de lo ocurrido. La señora Esperanza Aguirre (una Grande de España), por ejemplo, pide la derogación de la ley de La Memoria Histórica, alegando que es un "instrumento poderoso" de aquellos que quieren "dividir" a los españoles. Incluso se ha permitido dudar de las torturas, los fusilamientos, el terror y los asesinatos durante la dictadura. ¡Genial cómo siempre doña Esperanza!

Pero yo me quedo con un comentario del forense y antropólogo Francisco Etxebarria, al que supongo no hace falta presentar, que dice:
“En una sociedad con un derecho penal en el que se está abogando por dar mayor protagonismo a las víctimas y sus familiares, se debe intentar favorecer que cualquier víctima pueda cicatrizar sus heridas. Estas personas, con independencia del tiempo transcurrido deben tener la oportunidad de ser reparadas o compensadas”.