domingo, 10 de septiembre de 2017

TOURISME KANPORA, TURISTAK GO HOME




La verdad es que la movida en contra del turismo que se desarrollo en Euskadi el pasado mes de agosto, imitando lo que estaba ocurriendo en Cataluña, me tenía preocupado. No me preocupaban los turistas, lo que me preocupaba eran los mensajes que reciben por parte de algunos cuando vienen a visitarnos. Recibirles sea en euskera o catalán con una pintada “TURISTAK GO HOME”, les tiene que acojonar un poco.
Realmente ellos no tienen ninguna culpa de que algunos dueños de pisos en la Parte Vieja de Donostia, o del Barrio Gótico de Barcelona, los alquilen en verano de forma fraudulenta, para ganar unos cuantos euros libres de impuestos y de que esto suponga que suban los precios de los alquileres. Tampoco tienen la culpa de que nos pueda gustar  más o menos el modelo turístico que tenemos, de que gobierne el PNV, el PSOE , JUNTS PER SI, o BARCELONA EN COMU, ni de la avaricia de algunos empresarios, que aprovechando el tirón, pagan salarios de miseria para jornadas de trabajo agotadoras.
Tengo que confesar que he estado un poco incómodo al principio de esta campaña que aquí en Esuskal Herria ha protagonizado Ernai.
Este año, en mis vacaciones, he estado en una ciudad que recibe a miles y miles de turistas todos los meses y me he alojado unos días en un apartamento particular  gestionado a través de Airbnb. Tengo que decir que este apartamento estaba perfectamente legalizado, no era excesivamente caro y tenia todo lo necesario para pasar cómodamente unos días. Me he tomado unas cervezas en terrazas mirando al mar, he comido y cenado en la calle, he utilizado el transporte público y he comprado recuerdos varios. Si me hubiera tropezado en la calle con una pintada “TOURISME KANPORA”, me hubiera cagado por las patas abajo. 
Con la campaña de Ernai, me he visto cómo si fuera un favorecedor de la avaricia empresarial y de que suban sin control los alquileres de los pisos. Me he sentido responsable, en cierta medida, de que las camareras de hotel cobren una miseria por jornadas agotadores limpiando mi habitación. He creído ser colaborador en el empleo precario de la tasca de la esquina, donde acudo a tomarme una cerveza fresca los días de calor. Siento que he podido ayudar a los que defraudan y he tenido la sensación de que me tenía que haber quedado en casa. 
Pero después de pensar un poco, he llegado a la conclusión de que puedo estar tranquilo. Me considero un turista sostenible, al que le gusta conocer sitios y culturas y es respetuoso con las tradiciones y costumbres de los lugares que visita. Seguramente soy muy parecido a la mayoría de los que vienen a visitar Euskal Herria y a los padres y abuelos de los chi@s de Ernai.  
La precariedad en el sector no se arregla con pintadas expulsando al turista. Dejemos que la política y las instituciones públicas trabajen y que los turistas vengan a vernos, hace años no venía nadie y todos sabemos los motivos, Euskadi tiene muchas cosas que ofrecer…