jueves, 18 de diciembre de 2008

Para Alba y Mari Luz.

¿Como es posible que alguien haya sido capaz de haceros tanto mal? Cuanto hijo de puta hay suelto por este mundo ¿verdad? Cuanta sinrazón, cuanta maldad, cuanta locura.

A Mari Luz, un pederastra le robo la vida. Un sinvergüenza que había abusado anteriormente de su propia hija, y que estaba en la calle porque un juez inepto no hizo bien su trabajo.
Un violador de niñas, que no se merece ni el aire que respira.

A Alba, casi le han arrebatado la vida. Tanto la han maltratado, que ya no podrá ni caminar ni hablar. Tanto la han maltratado, que ya no le queda ninguna lagrima que llorar.
Incomprensiblemente, su madre ha asistido impasible al sufrimiento de Alba. Ella es tan culpable, como el maltratador. Alba no se merece una madre como esa.

Estos asesinos no se socializarán nunca, porque nunca se arrepentirán de lo que han hecho. Son enfermos, pero aún así deben de ser condenados a perpetuidad.

Ni una pizca de compasión para estos locos. No se merecen vivir ni un gramo de vida en libertad.
Estos, si son verdaderos terroristas. Estos, si son infames asesinos. Estos, si se merecen que la justicia sea implacable con ellos.

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