Resulta que en el último
Consejo de Ministros del año pasado (diciembre de 2014), a propuesta del
ministro Wert, a la señora Esperanza Aguirre se le concedió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X
el Sabio.
Ante
esta noticia, he navegado un rato por la red para enterarme de que es esto de
la Orden en cuestión. Y resulta, que la Orden Civil de Alfonso X El Sabio fue
fundada o instaurada (como se quiera decir), por primera vez, allá por el año
1902. Desde su fundación y a lo largo de todos estos años, ha tenido que ir adaptándose a las normas y a las condiciones
sociales de cada momento político. Esta distinción premia “a las personas físicas y jurídicas y
a las entidades tanto españolas como extranjeras, que hayan contribuido en
grado extraordinario al desarrollo de la
educación, la ciencia, la cultura, la docencia y la investigación o que hayan
prestado servicios destacados en cualquiera de ellos en España o en el ámbito
internacional, y siempre que sea patente el nivel excepcional de sus méritos”.
¡Que
quieren que les diga! La verdad es que no acabo de entender los méritos de la
señora Esperanza Aguirre, para ser merecedora de esta distinción. Como mucho,
habría que recordar, que con Aznar, llegó a ser ministra de educación (mayo
1996- enero 1999). Pero si mal no recuerdo, su paso por el ministerio fue un
tanto frío y gris.
Posteriormente
mientras ha sido Presidenta de la Comunidad de Madrid, entre los años 2003 y
2012, su acción de gobierno ha tenido sobre todo muchas sombras. ¿Habrán sido
estas las que han servido para la suma de méritos?
Tenemos
por ejemplo, su desinterés durante muchos años por las familias de los
fusilados por el franquismo, los casos de presunto espionaje que se dieron en
la Comunidad, la presunta financiación ilegal de su campaña electoral de 2003
(caso Fundescam), las protestas del mundo de la sanidad madrileña, su polémica
con los docentes de la comunidad (por las que tuvo que pedir perdón), los casos
de corrupción en los que se han visto implicados muchos de sus compañeros y
colaboradores (casos Gurtel y Púnica), los problemas con Telemadrid, etc, etc.
¡En
fin! Pero para rematar los méritos contraídos, igual lo que más se ha valorado,
es la utilización que hizo hace pocas semanas del carril bus en la Gran Vía de
Madrid para sacar dinero del cajero y su comportamiento nada ejemplar con los
pobres agentes de movilidad.
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