Ya
se ha jugado el clásico y no ha pasado nada, el país sigue funcionando y el
campeón de liga no esta decidido. Y por fin, ya tenemos campo para jugar la
final de la copa del Rey. Esa final
donde se van a reunir 70.000 vascos y catalanes, a mancillar los símbolos
patrios y a pitar al Rey; la final de los separatistas.
Athletic
y Barcelona se verán las caras en el Nou Camp el 30 de mayo. Es una final, que en
el reino del chotis, parece que molesta a bastante gente. Una final de la que
se esta haciendo un uso político muy poco adecuado, ya que casi nadie de los
que opinan el respecto, habla de futbol.
Por
mi parte y si los aragoneses nos dejasen, nos juntábamos un día a medio camino
entre Euskadi y Cataluña, un par de decenas de vascos y catalanes y en tres o
cuatro jornadas, reconstruíamos el viejo San Mames. Jugábamos la final (que
ganaría el Athletic por supuesto) y no tendríamos ningún problema, no sería un
partido de esos que llaman “de alto riesgo”. No habría que llevar ni fuerzas
del orden ni nada que se le parezca. Después de un par de días de celebraciones
todos juntos (ganadores y perdedores), y con una resaca de las que hacen época,
quedábamos para desmontar todo y al finalizar, cada uno a su casa.
El
Rey, si no quiere venir para que no le
piten, que no venga. Si esto supone que no hay copa, tampoco habría pegas, que
se la quede Florentino. Si Florentino no la quiere, que se la entreguen a
Esperanza Aguirre. Esperanza sabe de futbol, tanto cómo del aborto o sobre cómo
ser un buen agente de movilidad.
Yo
creo que aguantar la pitada va con el cargo. Eso dura un par de minutos, pero
luego se impondrá la fiesta del futbol.
En
fin…
PD:
Para acabar, gracias a los periodistas del programa de “La Ratonera” del canal
de televisión Alerta TV, por llamarnos
cerdos a vascos y catalanes y por seguir creando conciencia de país en Euskadi
y Cataluña.
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