Pues
si, parece mentira pero de eso nada. No estamos ante una broma de mal gusto,
esto va muy en serio.
Semanas
y semanas llevan los gobiernos europeos, gestionando en drama de los refugiados
y la eficacia brilla por su ausencia. El asunto es complicado ya lo se hacen
falta muchos recursos; humanos
económicos. Pero resulta que de los impuestos que los gobiernos recaudan
de los ciudadanos, nos gastamos cientos de miles de millones de euros en
máquinas de matar, miles de millones en tapar los agujeros que ha dejado la
corrupción, cientos de millones en apoyar a organizaciones o instituciones tan
retrogradas cómo la iglesia y las monarquías, decenas de millones en mantener a
partidos políticos ultranacionalistas y xenófobos y así hasta que nos
aburramos.
Parece
ser que no tenemos dinero suficiente para gestionar el drama de los refugiados
y darles el respeto, la seguridad, la
dignidad que se merecen.
Lo
que los extremistas y el mediterráneo no han conseguido, lo vamos a lograr los
europeos. Nosotros solos y sin ayuda.
Dentro
de poco llegara el invierno, la lluvia, el frío, las nieves. Los niños, las
mujeres y ancianos, los más débiles de toda esta cadena, que han huido de las
guerras, de la miseria y de una muerte casi segura en sus países de origen, se
nos van a morir a la puerta de nuestra casa.
Siento
vergüenza al mirarles a la cara, no tengo la valentía suficiente de enfrentarme
a su mirada.