Foto: El periódico
Mi interés, mejor dicho mi curiosidad, por esta representante de la nobleza, comenzó por un tuit.
Aquel famoso: "No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena, jamás", dirigido a la Alcaldesa de Madrid, después de la Cabalgata de los Reyes Magos de 2016 en Madrid, me llegó al alma.
La marquesa se enfado porque su hija de seis años, le dijo: Mama: "el traje de Gaspar no es de verdad".
En aquel momento, pensé: ¡Pobre criatura!, estará acostumbrada a los reyes de verdad. Y claro, viendo la cabalgata de la alcaldesa Carmena, le ha llamado la atención que los Reyes Magos, no tengan ropa de reyes, que vayan vestidos de mercadillo, que sean tan pobres...
Pero su madre, marquesa en España, pero sin ascendencia ilustre y supongo que sin muchos privilegios en Francia y Argentina, seguramente se enfado tanto, porque su hija había empezado a descubrir el mundo. Un mundo del que ellas no forman parte.
Un mundo donde la nobleza esta ausente, donde hay miles de niños que casi no tienen juguetes, pero también esperan con ilusión a los Reyes Magos. Un mundo por ahí, fuera de España, donde millones de niños no tienen para comer, no tienen una vivienda digna y no pueden ir a la escuela. Un mundo donde andan descalzos entre la basura, donde tienen que trabajar y donde tienen que mendigar expuestos a toda clase de peligros. Un mundo donde se les explota sexualmente por las clases poderosas.
Un mundo, donde se les...
Y a esta señora, que se llama Cayetana, creo que este posible descubrimiento por parte de su hija no pareció gustarle demasiado.
Y a partir de aquel 5 de enero de 2016, le he seguido un poco la pista. No por nada, ni por algo. Para mí, es todo un personaje: Militante en el Partido Popular, diputada por Barcelona aunque no habla catalán ni ha residido nunca en Cataluña, esta señora tiene la suerte de ser portavoz del PP en el Congreso y además puede decir lo que le da la gana, porque es aforada.
Desde esa posición de privilegio (uno más), puede dar lecciones de comportamiento ético, de moral, de civismo, de respeto, de convivencia, y hasta de patriotismo. Siempre fundamentadas en su pensamiento liberal, que es lo que defiende.
Se permitió el lujo de #NoQuedarseEnCasa, cuando se recomendaba desde el Gobierno y la Presidencia del Congreso el trabajo telemático en la época de la Covid 19. Por ejemplo.
Por ejemplo: Desprecia el movimiento feminista a pesar de que dice celebrar los logros de la mujer, pero niega que exista una política machista. Odia a Irene Montero, se le nota.
Se permitió el lujo de #NoQuedarseEnCasa, cuando se recomendaba desde el Gobierno y la Presidencia del Congreso el trabajo telemático en la época de la Covid 19. Por ejemplo.
Por ejemplo: Desprecia el movimiento feminista a pesar de que dice celebrar los logros de la mujer, pero niega que exista una política machista. Odia a Irene Montero, se le nota.
Por ejemplo: Parece que nos tiene un odio visceral a los que somos nacionalistas. Junto con los comunistas bolivarianos, somos los responsables de la destrucción del Estado. Solo por el hecho de pensar cómo pensamos ya nos sitúa fuera de la ley.
Por ejemplo: Defiende el nacionalismo español de la España "Una, Grande y Libre". El nacionalismo de la España que añora a Franco.
Por ejemplo: Llegó a acusar de tibieza con el nacionalismo, a sus compañeros del PP vasco. Compañeros que habían sufrido mucho en los tiempos de ETA. Y sigue dando lecciones sobre ETA. a pesar de que la banda hace más de 10 años que desapareció.
Después de las experiencias que nos ha dejado el PP con sucesos tales cómo:
El accidente del metro de Valencia, el Prestige, Jaume Matas, el accidente del YAK 42, los atentados terroristas del 11 M (con Aznar a la Cabeza), Esperanza Aguirre (otra de la nobleza) y sus ranas, la condena del PP por corrupción y los papeles de Barcenas (con el desconocido M.Rajoy), el espionaje al independentismo y la policía patriótica, la fabricación de pruebas falsas contra Podemos, Isabel Diaz Ayuso con su familia y su pareja, etc, etc, después de todas estas experiencias digo, Cayetana seguirá pensando que aquella Cabalgata de Manuela Carmena, no tenía perdón.
Sin embargo, no se enfada, con las malas artes de sus compañeros de partido, al contrario: las justifica y las defiende.
Me he desviado un poco del asunto central. Visto el derroche de la Cabalgata Real de ayer en Madrid: ¡Me quedo con la Cabalgata de Reyes de Manuela!
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