lunes, 6 de enero de 2025

La Marquesa de Casa Fuerte.


Foto: El periódico

Mi interés, mejor dicho mi curiosidad, por esta representante de la nobleza, comenzó por un tuit.
Aquel famoso: "No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena, jamás", dirigido a la Alcaldesa de Madrid, después de la Cabalgata de los Reyes Magos de 2016 en Madrid, me llegó al alma. 

La marquesa se enfado porque su hija de seis años, le dijo: Mama: "el traje de Gaspar no es de verdad". 

En aquel momento, pensé: ¡Pobre criatura!, estará acostumbrada a los reyes de verdad. Y claro, viendo la cabalgata de la alcaldesa Carmena, le ha llamado la atención que los Reyes Magos, no tengan ropa de reyes, que vayan vestidos de mercadillo, que sean tan pobres...

Pero su madre, marquesa en España, pero sin ascendencia ilustre y supongo que sin muchos privilegios en Francia y Argentina, seguramente se enfado tanto, porque su hija había empezado a descubrir el mundo. Un mundo del que ellas no forman parte.

Un mundo donde la nobleza esta ausente, donde hay miles de niños que casi no tienen juguetes, pero también esperan con ilusión a los Reyes Magos. Un mundo por ahí, fuera de España, donde millones de niños no tienen para comer, no tienen una vivienda digna y no pueden ir a la escuela. Un mundo donde andan descalzos entre la basura, donde tienen que trabajar y donde tienen que mendigar expuestos a toda clase de peligros. Un mundo donde se les explota sexualmente por las clases poderosas.

Un mundo, donde se les...

Y a esta señora, que se llama Cayetana, creo que este posible descubrimiento por parte de su hija no pareció gustarle demasiado. 

Y a partir de aquel 5 de enero de 2016, le he seguido un poco la pista. No por nada, ni por algo. Para mí, es todo un personaje: Militante en el Partido Popular, diputada por Barcelona aunque no habla catalán ni ha residido nunca en Cataluña, esta señora tiene la suerte de ser portavoz del PP en el Congreso y  además puede decir lo que le da la gana, porque es aforada.

Desde esa posición de privilegio (uno más), puede dar lecciones de comportamiento ético, de moral, de civismo, de respeto, de convivencia, y hasta de patriotismo. Siempre fundamentadas en su pensamiento liberal, que es lo que defiende.

Se permitió el lujo de #NoQuedarseEnCasa, cuando se recomendaba desde el Gobierno y la Presidencia del Congreso el trabajo telemático en la época de la Covid 19. Por ejemplo.

Por ejemplo: Desprecia  el movimiento feminista a pesar de que dice celebrar los logros de la mujer, pero niega que exista una política machista. Odia a Irene Montero, se le nota.

Por ejemplo: Parece que nos tiene un odio visceral a los que somos nacionalistas. Junto con los comunistas bolivarianos, somos los responsables de la destrucción del Estado. Solo por el hecho de pensar cómo pensamos ya nos sitúa fuera de la ley. 

Por ejemplo: Defiende el nacionalismo español de la España "Una, Grande y Libre". El nacionalismo de la España que añora a Franco. 

Por ejemplo: Llegó a acusar de tibieza con el nacionalismo, a sus compañeros del PP vasco. Compañeros que habían sufrido mucho en los tiempos de ETA. Y sigue dando lecciones sobre ETA. a pesar de que la banda hace más de 10 años que desapareció.

Después de las experiencias que nos ha dejado el PP con sucesos tales cómo: 

El accidente del metro de Valencia, el Prestige, Jaume Matas, el accidente del YAK 42, los atentados terroristas del 11 M (con Aznar a la Cabeza), Esperanza Aguirre (otra de la nobleza) y sus ranas, la condena del PP por corrupción y los papeles de Barcenas (con el desconocido M.Rajoy), el espionaje al independentismo y la policía patriótica, la fabricación de pruebas falsas contra Podemos, Isabel Diaz Ayuso con su familia y su pareja, etc, etc, después de todas estas experiencias digo, Cayetana seguirá pensando que aquella Cabalgata de Manuela Carmena, no tenía perdón.

Sin embargo, no se enfada, con las malas artes de sus compañeros de partido, al contrario: las justifica y las defiende. 

Me he desviado un poco del asunto central. Visto el derroche de la Cabalgata Real de ayer en Madrid: ¡Me quedo con la Cabalgata de Reyes de Manuela! 







domingo, 20 de octubre de 2024

España somos todos.

 

Fotografía: P.Popular

Este slogan "España somos todos", parece bueno. Pero viniendo del PP a mi me genera bastante inquietud.

No se si nos quieren decir "que España son ellos y nos representan", "que ellos son los españoles verdaderos", o que "para ser español hay que ser como ellos".

Así las cosas, yo no quiero tener nada que ver con un partido que tiene multitud casos de corrupción a sus espaldas. 

El Partido Popular (PP) y la corrupción parecen dos viejos amigos que se ven de vez en cuando, pero cuando se encuentran, actúan como si no se conocieran. 

Si preguntas a cualquier dirigente del PP sobre los múltiples casos de corrupción que los rodean, siempre te dirán lo mismo: "Eso ya pasó, no tiene importancia", mientras echan un vistazo rápido a su móvil, no sea que les llegue un mensaje de su abogado. El PP ha perfeccionado el arte de mirar hacia otro lado, y si algún juez o periodista se atreve a destapar una nueva trama, el partido ya tiene Cuca, a Cayetana, a Gonzalez Pons, y muchos más.

Si hay alguien que se mete con Isabel, ahí esta MAR —Miguel Ángel Rodríguez— al rescate, con su arsenal de bulos bien afilados.

Ah, MAR... ese estratega que parece haber descubierto el verdadero poder de la libertad: la libertad de inventar. Cuando surge algún escándalo o juicio que incomoda al partido, MAR saca de su sombrero comunicativo la técnica que nunca falla: distraer. Y es que MAR ha perfeccionado la técnica de convertir cualquier bulo en una distracción de la que se hable durante días. 

Y ahí está MAR, con una sonrisa astuta, viendo cómo la conversación se llena de humo mientras sus "clientes" siguen su camino entre juicios pendientes y sobrecitos mal gestionados. Si alguien tiene dudas sobre el plan, siempre puede recurrir a las redes sociales, donde los bulos corren como pólvora. El miedo vende, y el PP lo sabe bien.

¿La mejor manera de desviar la atención de los problemas judiciales del PP? Propagar bulos, tan rápidos como efectivos, que logran que el foco se desplace hacia cualquier otro asunto. Porque, al parecer, la estrategia es clara: si no puedes solucionar la corrupción, asegúrate de que nadie esté hablando de ella."¿Que alguien menciona la Gürtel o Bárcenas? ¡Bah! Mejor lanzar un buen rumor sobre inmigrantes que vienen a quitarnos el pan o sobre conspiraciones comunistas que acechan desde las sombras." 

Mientras tanto, en lo más profundo del PP, la maquinaria sigue en marcha. Tal vez, en su despacho, algún líder popular con un toque de Ayuso reflexione. "La corrupción", se dice, "es solo una palabra más, no significa nada mientras la gente crea que estamos protegiendo su libertad". Entran en juego aquí los bulos de MAR, esas pequeñas joyas de la comunicación que, lejos de esclarecer, embrollan las aguas. Y con eso, el PP puede continuar su discurso de que la corrupción es cosa del pasado, mientras los bulos se encargan de que nadie mire demasiado de cerca lo que está ocurriendo en el presente.

En lugar de hablar de los juicios por corrupción, se discute si en realidad hay una invasión de menas, si el comunismo está tocando la puerta, o si Europa está siendo invadida por las hordas del caos. Y lo mejor es que, cuando uno de esos bulos se cae por su propio peso, ya hay otro preparado para ocupar su lugar. Pero, por supuesto, el PP siempre se desmarca de los bulos cuando las cosas se ponen feas. "Nosotros no tenemos nada que ver", dirán. "Solo defendemos la verdad y la libertad de expresión". Porque en el mundo del PP, la verdad es flexible, maleable, un instrumento más para conseguir que las personas se olviden de los sobrecitos y los casos judiciales.

Y ahí de repente, se nos aparece uno de los fichajes estrella de Feijoo : La estrella es Miguel Tellado, que es como ese personaje secundario en una película de comedia que siempre aparece en el momento más inoportuno y todavía no ha dado su mejor versión, aunque nos ha dejado varias perlas últimamente. 

Con un talento especial para el desparpajo, se ha ganado su reputación con declaraciones que rozan lo absurdo y que parecen pensadas para hacer más ruido que sentido. No importa el tema, siempre está dispuesto a meter la pata con un aire de seguridad que desconcierta. Si el PP considera que hay un escándalo en marcha, Tellado no duda en aparecer con su dosis de cinismo y provocación, como si de alguna forma su trabajo fuera recordarnos que en la política, ser "impresentable" puede ser una estrategia más y que todo vale.

Así, la receta del PP frente a la corrupción se vuelve aún más sofisticada: negar, relativizar, desviar la atención con bulos y culpar a los otros de cualquier cosa que suene a "conspiración". Es un truco viejo, pero funciona. Porque, al fin y al cabo, si hay algo que hemos aprendido es que mientras el PP se mantenga fiel a su estrategia de distracción y confusión, el escándalo pasará, la gente lo olvidará... y habrá nuevas promesas que hacer, nuevos bulos que contar, y siempre más libertad que defender.

viernes, 1 de diciembre de 2023

Isabel y la Libertad

Fotografía: Wikipedia

Isabel se encontraba una vez más frente a las cámaras, defendiendo sus políticas de libertad. Libertad, libertad: hermosa palabra, pero que si se manosea en exceso, puede llegar a ser obscena.

El concepto era simple muy simple: dar a los ciudadanos el poder de decidir sobre sus propias vidas. Sin embargo, había un rincón en su mente donde ese ideal se enfrentaba a la realidad más dura, una realidad que había golpeado durante la pandemia, cuando muchos mayores en las residencias enfermaron y las decisiones se volvieron tan pesadas como el aire que se respiraba.

En aquel entonces, Isabel no había tenido tiempo para dudas. Las cifras subían, los hospitales colapsaban y las críticas arreciaban. En medio del caos, tomó una decisión que aún la perseguía: por protocolo, no se trasladaría a muchos de los ancianos enfermos a los hospitales. Se iban a morir igual, pensó en más de una ocasión, justificando la medida. Pablo, desde el gobierno central, fue el blanco de su frustración. Había tensiones políticas, y las culpas se lanzaban de un lado a otro como si fueran una forma de descargar la presión. “Él fue quien no supo gestionar la crisis”, repetía para sí misma, una y otra vez. Alberto, de su propio gobierno, también le había abandonado, porque no estaba de acuerdo con el protocolo de traslados.

Sin embargo, en lo profundo, Isabel sentía una punzada de miedo. El miedo a que quizás hubiera tomado la decisión equivocada, a que esa libertad que tanto defendía para los demás hubiera dejado a los ancianos sin la protección que realmente necesitaban.

Encima, un grupo de ciudadanos de su propia Comunidad crearon una "Comisión ciudadana por la verdad en las Residencias" que la están poniendo en algunos aprietos. Y además han sido los familiares de las presuntas víctimas los que pidieron dicha Comisión, asociados en Verdad y Justicia y Marea de Residencias. Ella que trabajo tanto por los ancianos que tenía a su cargo, no entendía porque todos iban en su contra.

Ahora, unos años después, al caminar por los pasillos de una residencia recién inaugurada, la sonrisa de los ancianos parecía cargar con el peso de su propia memoria. Sabía que, para muchos, ella no había sido su salvadora. Escuchaba las palabras amables de los que la recibían, pero en su mente todavía resonaban las críticas que le recordaban lo ocurrido.

Isabel se acercó a uno de los residentes, un hombre de unos 90 años que la miraba fijamente, sin rastro de afecto en su rostro. "Nos dejaron aquí, ¿verdad?", le dijo con voz firme, aunque sin ira. "No nos llevaron al hospital porque pensaron que no valía la pena el esfuerzo."

Isabel tragó saliva, pero mantuvo su compostura. Sabía que no había una respuesta fácil para eso. Había optado por evitar los hospitales llenos, tratando de gestionar lo inmanejable, pero ¿a qué costo?

Salió al jardín buscando aire, tratando de reconectar con el principio que siempre la había guiado: la libertad. Pero esa libertad, la suya, ahora estaba manchada por el miedo, por las decisiones que había tomado con la lógica fría de la crisis.

Esa tarde, cuando regresó a su despacho, comenzó a redactar un nuevo proyecto de ley. Esta vez, ya no se trataba solo de proteger la libertad. Era hora de enfrentar los errores, de dar más recursos a las residencias, de asegurarse de que nunca más hubiera que elegir entre la vida y la muerte de los mayores.


*Notas del autor: los nombres de los protagonistas, pueden llegar a ser verdaderos y cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.

jueves, 4 de marzo de 2021

¡Me encanta!

 



Llevamos un año de plandemia, como dicen algunos descerebrados y ahora que parece verse algo de luz, aquí estoy, encerrado en casa con la COVID-19. Eso sí, los dos tan tranquilos y tan amigos, de momento nos soportamos. Llevamos una semana juntos.


Un contacto estrecho, pero furtivo, ha hecho cantar la positividad. Os juro que he procurado cuidarme mucho. No he abierto ni cerrado los bares, no me he sentado en una mesa con más de 4 personas, no he cenado fuera de casa desde hace meses, he utilizado la mascarilla casi siempre (durante el sexo, no. Ahí tenía permiso para no hacerlo), he limitado al máximo mis contactos sociales, etc, etc. 

En fin..


Querido amigo, el pecado, fue invitarte a tomar un vino en mi casa durante media hora. Menudo lío hemos armado.


Si hay algo que procuro hacer ahora, es ver poca TV. Leo la prensa que me gusta “por la internete” y buceo un rato por las redes sociales. El tiempo que me queda libre, que es bastante, lo dedico a ordenar mi habitación, a cocinar (preparo los desayunos, comidas y cenas), a fregar la cacharrería de la cocina, a barrer, a escuchar música, a leer (los libros que tenía colgados por ahí y que me daba pereza recuperar), y a pensar.


Y es de esto del pensar, de lo que quiero hablaros. 


Ahora mismo, oyendo la Chavela Vargas (que viene bien en tiempos de pandemia), he tomado la determinación de no enfadarme con la política que se hace en este país. A partir de ahora, prometo que cada día voy a disfrutar más con los líos que se montan entre unos y otros.  He llegado a un momento en el que casi todo me da igual. Pero advierto: No me toquéis a los míos. Porque entonces… 


Por lo tanto, tengo que deciros con solemnidad que después de pensar mucho:


Me encanta oír hablar a Casado de honestidad, libertad,  igualdad y justicia. 

Me encanta la gestión que hace con la “plandemia” la señora Díaz Ayuso. Os juro que en más de una ocasión he llegado a pensar que era una negacionista.

Me encanta oír a Abascal, a Macarena, y al resto de satélites que tienen alrededor. Ese discurso fácil, sin soluciones concretas, que encima consigue embaucar a mucha gente.

Me encantan las aguas turbulentas por las que navegan PP y Cs con tal de intentar salvar sus gobiernos atómicos y autonómicos.

¡Viva el PIN PARENTAL!


Me encanta el rey emérito (con minúsculas y a propósito) y toda su familia. Es que son “realmente” encantadores. Fundaciones opacas, dineros en Suiza y en paraísos fiscales, los prestamos sin interés que recibe, el enchufe que tiene con Hacienda (quien pudiera), las vacunaciones de las infantas bajo manga (y las justificaciones del alcalde de Madrid al respecto), la bragueta siempre bajada y el pajarillo listo (ahora supongo que ya estará más tranquilo), los elefantes de Botswana, el fraude fiscal. Me encanta la indecencia que derrocha a manos llenas, el salvador del 23F.

Mientras él esta en Emiratos, seguimos pagando su seguridad y sus asistentes y los escoltas de sus hijas cuando van a visitarle. 

Todos somos iguales ante la Ley y ante Hacienda. ¡Me descojono!


Me encanta el PSOE y esa capacidad que tienen “para ser y no estar”. Son de izquierdas, pero a mi izquierda o junto a mí, no les veo. No sé donde están. Ya sé, ya sé que en los famosos 78, decidieron asumir la monarquía parlamentaria cómo la vía de solución para una transición pacífica de la dictadura a la Democracia. Pero coño, han pasado ya más de 40 años y con la que está cayendo, me extraña su actitud.


Me encanta Pablo Iglesias, cuando dice que a la democracia española, le falta algo, para llegar a ser plena. Creo que algo de razón ya tiene. Y me encanta ver como entre Podemos y PSOE, se tiran los trastos a la cabeza.


Con este panorama, hay que dejar la política en manos de los independentistas y los filoetarras. Igual contamos (yo me incluyo), con los comunistas. Esta visto que los de la España grande y libre, están haciendo de todo para destrozarla. Y hasta que no lo consigan, no pararán.

lunes, 23 de marzo de 2020

Francisco: Dios, tiene mucho trabajo.



El Papa Francisco le ha pedido a Dios, que detenga la pandemia del COVID19, pero no sé si le hará caso. Últimamente, yo creo que Dios anda con muchísimo trabajo, bastante estresado y también un poco despistado. Hay demasiados frentes a los que atender. 
Pero que no se preocupe Francisco, de esta vamos a salir cueste lo que cueste. Con la ayuda de Dios o sin ella. Dios mientras tanto tiene que priorizar y dosificar sus esfuerzos. Ahí dejo unas ideas, que empiece por donde quiera:

Que Dios impida que el COVID19, llegue a los países mas desfavorecidos, a los más pobres. El coste en vidas humanas puede ser tremendo.

Hay que parar la guerra en Siria. El conflicto que comenzó en marzo de 2011, nos están dejando un país totalmente destruido, miles y miles de muertos y millones de desplazados. Una verdadera atrocidad.

Hay que acabar con el hambre en el mundo. Mientras los ricos tiramos a la basura toneladas de comida, cada año mueren en el mundo, millones de personas por falta de alimentos. En el mundo, una de cada nueve personas, no tiene comida suficiente. La falta de comida, es la responsable de la muerte del 45% de los niños menores de 5 años.

Hay que acabar con la crisis de los refugiados y con la fosa común en la que se ha convertido el Mediterráneo. A todos los que vienen por razones económicas o políticas hay que acogerlos y además, hay que ayudar a que sus países, puedan darles lo más pronto posible, una esperanza de vida digna, que ahora no tienen.

Hay que acabar con la guerra de Yemen donde  2 millones de niños menores de 5 años y más de 1 millón de mujeres embarazadas y lactantes, sufren desnutrición severa. Además tienen una epidemia de cólera que esta provocando miles de muertos. 

Hay que acabar con el SIDA y conseguir que en todo el mundo, cualquier hombre, mujer, niña o niño, que se infecte, tenga acceso al tratamiento adecuado.
Se calcula que el SIDA afecta a más de 36 millones de personas, y se ha hecho fuerte en los entornos más empobrecidos y conflictivos.

Hay que acabar con la discriminación racial, sexual y religiosa, con la violencia machista, con la trata de blancas, con los pederastas (con todos los pederastas incluidos los amparados por la iglesia). Hay que acabar con el horror de las ablaciones de clítoris, que todavía se practican en muchos países del mundo.

Hay que intentar que todos los niños tengan acceso a la educación. La educación es un derecho inherente al ser humano y en algunos países, no es nada más que un sueño inalcanzable, una utopía. Según la Unesco, el 16% de la población es analfabeta y 260 millones de niñas, niños y jóvenes no están escolarizados. 
Hay que educar a nuestras niñas y niños en la IGUALDAD.

Hay que acabar con la epidemia de sarampión de la R.D.del Congo. El sarampión  se combate con una vacuna y solo se necesitan 40 M de euros para vacunar a todos los niños entre 6 y 14 años. A día de hoy, principios de 2020, ya hay mas de 6.000 víctimas.

Hay que dar solución al apartheid que sufre el pueblo palestino y hay que conseguir que entre la cordura entre los países del Golfo Pérsico. Que los poderosos como Iran y Arabia Saudi sean capaces de entenderse  y que los palestinos unifiquen sus esfuerzos, para conseguir una nación que se merecen tener y que el gobierno de Israel reconozca que su comportamiento es indigno. 

Hay que dar respuesta al cambio climático. El futuro que nos espera no es nada halagüeño ya que en los próximos años, habrá millones de refugiados y desplazados por este motivo. 

Hay que acabar con el terrorismo islámico esté donde esté. Hay que ayudar a la población saharaui, al pueblo kurdo y al tibetano, para que puedan expresar libremente sus derechos a ser y sentirse independientes.

Hay que acabar con los niños soldados, con las dictaduras, con el fascismo, con la pobreza energética, con los políticos mentirosos, con los ladrones de guante blanco. 
No hay que hacer recortes en Sanidad, ni en Educación ni en Dependencia. 

En fin, ya veis la cantidad de cosas en las que Dios puede sentirse comprometido. El COVID19, nos asusta porque no es cosa de negros, ni de chinos, ni de pobres o ricos, ni de maricas, ni de putas, ni de drogadictos, ni de analfabetos, ni de practicar una u otra religión. 
Como se dice ahora, esto es transversal y nos damos cuenta de que "los que vivimos bien", estamos tan expuestos como cualquiera.

Más importante que la ayuda de Dios, es recordar: #YoMe QuedoEnCasa.




jueves, 19 de marzo de 2020

¡Nosotros hemos confinado al COVID19!




Dicen que anda por la calle un virus malvado, muy malvado. Pero cuidado, que se hace pasar por alguien muy simpático, al que parece que le gusta jugar con  los niños, pero  tiene especial fijación con las personas mayores y yo puedo ser una de esas. Eso dicen los datos estadísticos, por lo tanto, habrá que tomárselo en serio. 

Pero no solo se lleva a personas mayores y a ancianos eh! También hay personas jóvenes, a las que  incomprensiblemente se las ha llevado y poco se ha podido hacer por ellas.

Por eso hemos tomado una determinación: Hemos decidido confinar al COVID19, en la calle. Le hemos dejado solo, para ver si muere de inanición y creo que le derrotaremos, no hay duda que le derrotaremos. Porque nosotros no vamos a salir, que conste. #NosQuedamosEnCasa

Uno de los lados positivos del COVID19, es me ha obligado a replantearme muchas cosas. Una de ellas, es darme cuenta de  necesito aprender a organizarme mejor.

De las veinticuatro horas que tiene el día, duermo ocho, cinco son de televisión,  otras dos leo la prensa y algún libro. Salgo treinta minutos a hacer los recados del día. Para comprar una barra de pan, el periódico, un poco de carne o pescado y algo de fruta, no hace falta demasiado tiempo. No se debe de malgastar el tiempo, que esta muy caro.

También dedico una hora  de media diaria, a preparar los desayunos, a hacer la cama, a fregar, a pasar la aspiradora y a cocinar cuando me dejan.

Dedico tres horas diarias de media en el ordenador, trabajando para la comunidad de vecinos. Enredo en mis redes sociales (Facebook, Instagram y Twitter),  juego a Apalabrados, y también trabajo mis aficiones. Todo ello  acompañado de la música (soy usuario de Spotify). Aprovecho estos ratos, para ordenar cuatro papeles.

Para desayunar, comer y cenar, noventa minutos son suficientes

Con todo esto, resulta que sumando las horas que tengo ocupadas, me faltan  todavía tres horas. Y no sé donde las he perdido.

Estar en la cama más tiempo es complicado. Ver menos televisión sería posible y necesario, pero me sobrarían más horas. Tendría entonces que leer más, estar más tiempo en el ordenador, o trabajar más en las labores de casa.

¿Podría hacer gimnasia? Sí, me lo voy a pensar. Pero mi cuerpo no da para  tres horas de gimnasia. Podría hacer treinta minutos diarios. 

Si no, también tengo la opción de trabajar un poco más para la comunidad de vecinos, mezclando esto con la gimnasia y algo más de ordenador para mis cosas y para las redes sociales.

Bueno, no se. Ya veré cómo me las arreglo, tengo que volver a organizarme.
Porque a la calle no voy a salir. #YoMeQuedoEnCasa



viernes, 28 de febrero de 2020

El niño pijo que vino a salvar el reino


Foto: Francisco Seco/AP Photo

Si me preguntasen quien sería para mi un buen ejemplo de lo que es un niño pijo, la primera imagen que me vendría a la cabeza es la de Albert Rivera. Espero que no se enfade conmigo por llamarle pijo y deseo que no se lo tome  cómo un insulto.

Un día, Pedro Sánchez le dijo a Mariano Rajoy que no era una persona decente y no paso nada. El señor Rivera que se ha autoexilio de Cataluña y desembarco en la corte con la intención de salvar el reino, traía en su maleta el disfraz del Capitán América y un verbo fácil.

Y nos cuenta, con esas maneras tan peculiares de hablar, que viene de un país lleno de hombres malvados, perversos y desalmados, donde gobiernan seres diabólicos que tienen cómo objetivo único, triturar el reino, romperlo en mil pedazos, dinamitar la unidad de la España grande y libre. Encima, quieren preguntar a sus gentes que modelo de sociedad les gustaría tener, quieren saber lo que opinan sus conciudadanos y eso al señor Rivera no le gustaba.

Con ese escaso equipaje, algunos iluminados pensaron que la pócima mágica de la unidad y de la sacrosanta indivisibilidad de la nación, le iba a funcionar maravillosamente bien. ¡Si alguien podría salvar el reino, ese alguien, era él! Y Albert Rivera se lo creyó.

Si no ganaba las elecciones de calle, sería la segunda fuerza política y la llave de la buena gobernanza, seria el imprescindible. Los candidatos que presuntamente  representan el centro izquierda, los comunistas bolivarianos y facinerosos y los maleantes nacionalistas, cuanto más lejos, mejor.

Albert Rivera y su partido, realizaron verdaderos esfuerzos para presentarse ante la sociedad española como los hombres buenos, dispuestos a todo por España, y mira cómo están.

El señor Albert Rivera, no era un soñador ingenuo e inocente. Hombre de verbo fácil al que es complicado adivinarle sus verdaderas intenciones. A mi hay algo que no me gustaba. No se lo que es, pero no me gustaba. 


miércoles, 18 de septiembre de 2019

Cuando la música da sentido a la vida

Foto: Joseph Eid/AFP



Mohammad, que así debe de llamarse nuestro hombre, tiene aproximadamente75 años.
Ocho años de guerra cruel, han terminado con su país.  Si es que algún día llega la paz, seguramente ya no va a poder ver cómo será su ciudad una vez reconstruida.

Ha perdido a toda su familia. Su esposa murió hace 3 años a la puerta de su casa, un día que salía a comprar algo para comer. Tuvieron 5 hijos y 12 nietos pero ya no queda nadie. Los que no han muerto por culpa de las bombas, han huido en busca de una vida mejor. Mohammad no sabe si están vivos, si han llegado a esa Europa soñada y supuestamente acogedora, si están enterrados en el Mediterráneo, si están en algún campo de refugiados en Turquía o si vagan por los Balcanes, buscando la salida del laberinto en el que Europa les ha metido.

La mayoría de sus vecinos, también han huido. Las tertulias con sus amigos Abdulah, Mahmud y Rahman, fumándose una buena pipa, ya no son posibles; ya no saluda a sus vecinas cada mañana y no oye por las tardes los juegos de los niños y por todo eso la vida de Mohammad, prácticamente carece de sentido. Las imágenes de lo que fue su vida, pasan por su cabeza a gran velocidad. 

Su familia, ha sido siempre una familia de gente trabajadora. Recuerda cómo con 20 años, monto una tienda, donde hacía pan, vendía fruta e incluso reparaba bicicletas. Cuando conoció a Shadiya, la que iba a ser su esposa, siempre supo que sería la mujer de su vida y la verdad es que no les fue nada mal. Crear una familia numerosa, siempre tiene sus complicaciones, pero al final todo se compensa con los buenos momentos que ofrecen los niños. Consiguieron tener una vida digna y quererse mucho, a pesar de las adversidades.

Ahora, cuando mira por la ventana y ve tanta destrucción no puede evitar el llorar. El es un hombre y los hombres nunca lloran, pero no puede evitarlo. Su barrio y su cuidad destruidos, por la locura de unos pocos. ¡Que triste es todo!

Pero hay algo que le da sentido a la poca vida que le queda.  En su casa destruida por los bombardeos puede escuchar música con su viejo tocadiscos milagrosamente intacto. La música le trae recuerdos que son los que le hacen levantarse cada mañana. 

Ve a su mujer cantando aquellas canciones de amor que tanto le gustaban. A sus hijos y a sus nietos, disfrutar con las canciones infantiles y se sigue viendo a él mismo dirigiendo a la orquesta sinfónica de Berlín, cuando suenan los acordes de La Bohème de Puccini. Su país es Siria, su ciudad Alepo y ambos sobreviven en su memoria gracias a un tocadiscos.

viernes, 27 de abril de 2018

¡Yo también quiero hablar de la manada!


Foto publicada en El Confidencial

Yo pensaba que a partir de hoy ya íbamos a poder hablar claro. Por fin, la justicia, esa señora de la que todo el mundo habla pero que casi nadie conoce, por fin hoy ha salido a pasear y con cara de despistada, nos ha contado que lo que ocurrió en Pamplona en los Sanfermines de 2016, no fue una agresión sexual. No hubo violación porque no hubo violencia. Fue un simple abuso sexual, realmente, no hubo ni intimidación.

Yo tenía la certeza de que a estos cinco salvajes, que vinieron del sur de España a Pamplona a follar, costase lo que costase y porque eran Sanfermines; a estos cinco seres despreciables, les podríamos llamar violadores y que incluso, podríamos decir de ellos que son unos hombres de mierda. Pero me voy a tener que tragar mis palabras.

Es posible que la justicia haya pensado que la joven acosada, también había ido a Pamplona a follar. Estábamos en Sanfermines y allí, parece que todo esta permitido. Seguramente, llevada de su ardor fiestero, no cerro con suficiente fuerza ni sus piernas ni su boca, como medida de resistencia para no ser violada. Por eso hablamos de acoso.

Bien, a pesar de la justicia, que hoy iba despistada insisto, la vida continúa. Espero que la joven salga adelante y supere todo esto de alguna forma. Yo soy de los que ha gritado en muchas ocasiones: “YO SI TE CREO”.

Sobre ellos, poca cosa más tengo que añadir. Cuando salgan de la cárcel, que será dentro de poco tiempo, casi con toda seguridad, serán recibidos en sus casas y entre sus amigos, como héroes. Ningún partido político ira con pancartas a protestar por este recibimiento
Esta violación (perdón “acoso”), pasara a mejor vida rápidamente. 

Inmersos cómo están en algún otro procedimiento de similares características, no se con que ojos miraran a sus madres, hermanas y parejas, cuando vuelvan a casa. Y espero que la vida no les de la oportunidad de ser padres, no se lo merecen. Con que cara iban a mirar a sus posibles hijas, ¿serían capaces de respetarlas? Yo creo que no.

Desafortunadamente, la justicia en este país es demasiado benévola con los violadores y maltratadores. Te pueden aplicar la ley antiterrorista por quemar un contenedor o por pelearte con la Guardia Civil y estar unos cuantos años en la cárcel sin reducción de condena. Mientras que estos canallas, cumplirán la mitad de su pena y saldrán a la calle antes de lo necesario.

Ay "manada"!! Espero que la vida, os haga pagar (todavía mucho más), lo que habéis hecho. Ah! Nadie va a poder evitar que os siga considerando unos hombres de mierda y una mierda de hombres.

domingo, 10 de septiembre de 2017

TOURISME KANPORA, TURISTAK GO HOME




La verdad es que la movida en contra del turismo que se desarrollo en Euskadi el pasado mes de agosto, imitando lo que estaba ocurriendo en Cataluña, me tenía preocupado. No me preocupaban los turistas, lo que me preocupaba eran los mensajes que reciben por parte de algunos cuando vienen a visitarnos. Recibirles sea en euskera o catalán con una pintada “TURISTAK GO HOME”, les tiene que acojonar un poco.
Realmente ellos no tienen ninguna culpa de que algunos dueños de pisos en la Parte Vieja de Donostia, o del Barrio Gótico de Barcelona, los alquilen en verano de forma fraudulenta, para ganar unos cuantos euros libres de impuestos y de que esto suponga que suban los precios de los alquileres. Tampoco tienen la culpa de que nos pueda gustar  más o menos el modelo turístico que tenemos, de que gobierne el PNV, el PSOE , JUNTS PER SI, o BARCELONA EN COMU, ni de la avaricia de algunos empresarios, que aprovechando el tirón, pagan salarios de miseria para jornadas de trabajo agotadoras.
Tengo que confesar que he estado un poco incómodo al principio de esta campaña que aquí en Esuskal Herria ha protagonizado Ernai.
Este año, en mis vacaciones, he estado en una ciudad que recibe a miles y miles de turistas todos los meses y me he alojado unos días en un apartamento particular  gestionado a través de Airbnb. Tengo que decir que este apartamento estaba perfectamente legalizado, no era excesivamente caro y tenia todo lo necesario para pasar cómodamente unos días. Me he tomado unas cervezas en terrazas mirando al mar, he comido y cenado en la calle, he utilizado el transporte público y he comprado recuerdos varios. Si me hubiera tropezado en la calle con una pintada “TOURISME KANPORA”, me hubiera cagado por las patas abajo. 
Con la campaña de Ernai, me he visto cómo si fuera un favorecedor de la avaricia empresarial y de que suban sin control los alquileres de los pisos. Me he sentido responsable, en cierta medida, de que las camareras de hotel cobren una miseria por jornadas agotadores limpiando mi habitación. He creído ser colaborador en el empleo precario de la tasca de la esquina, donde acudo a tomarme una cerveza fresca los días de calor. Siento que he podido ayudar a los que defraudan y he tenido la sensación de que me tenía que haber quedado en casa. 
Pero después de pensar un poco, he llegado a la conclusión de que puedo estar tranquilo. Me considero un turista sostenible, al que le gusta conocer sitios y culturas y es respetuoso con las tradiciones y costumbres de los lugares que visita. Seguramente soy muy parecido a la mayoría de los que vienen a visitar Euskal Herria y a los padres y abuelos de los chi@s de Ernai.  
La precariedad en el sector no se arregla con pintadas expulsando al turista. Dejemos que la política y las instituciones públicas trabajen y que los turistas vengan a vernos, hace años no venía nadie y todos sabemos los motivos, Euskadi tiene muchas cosas que ofrecer…